Evangelio 16-X-2011 "Pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" (Mt. 22,15-21)

Post date: 11-oct-2011 6:06:21

"Pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" (Mt. 22,15-21)

Esta es la respuesta de Jesús a los fariseos que le hacen una pregunta para comprometerlo. Estas palabras de Jesús son una invitación a vivir una gran libertad interior, a dejarnos liberar de la raíz de toda alineación que está en la ambición de poder y de nuestras necesidades exageradas de reconocimiento.

Los fariseos se acercan a Jesús para tenderle una trampa. y el medio que utilizan es una pregunta sobre el impuesto de Roma: "Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad..., qué opinas: ¿es lícito pagar el tributo al César o no?" Jesús no se deja engañar por las palabras aduladoras de saludos. Se da cuenta perfectamente de la situación. No cae en la trampa. Al contrario, los desenmascara y los reenvía a sí mismos. Ciertamente, la pregunta es una espada de doble filo. Si Jesús responde que no se enfrenta al poder político; si contesta que , Jesús queda desacreditado ante el pueblo... Parece que no hay salida , sin embargo, Jesús tiene una salida brillante, que pone al descubierto su hipocresía.

La reacción de Jesús es sorprendente. Su respuesta es desconcertante para sus interlocutores, por que sitúa la cuestión a un nivel más profundo. Ante los ojos atentos de aquellos espectadores, Jesús pide que le muestren la moneda del impuesto: “Enseñadme la moneda del impuesto". Y dice el texto que le presentaron el denario. Con esta reacción Jesús va más lejos que ellos y les deja en evidencia. Porque si ellos odiaban tanto a los romanos ¿Qué hacían con una moneda del César en el bolsillo?.

A continuación Jesús les pregunta: ¿De quién son esta cara y esta inscripción? Respondieron: “del César". Hay que tener en cuenta que las monedas llevaban impresa la cara del César y una inscripción que decía: “Emperador Tiberio, hijo adorable de Dios adorable". Entonces Jesús les replicó: "Pues, pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".

"Pagadle al César...” ¿Qué quiere decir pagadle al César? En el Evangelio, Jesús utiliza aun verbo que en realidad significa “devolver” al César lo que es del César: con esto les está pidiendo que renuncien a sus privilegios de colaborar con el Imperio y a la explotación del pueblo. Jesús quiere decir: romped de verdad con el sistema opresor del Imperio, pero del todo; rechazad su dominio sobre vosotros, es decir, no dejéis que vuestra ambición anule los deseos de ser libres de verdad... Y para nosotros hoy, es como si Jesús nos dijera: romped con la ambición de poder que puede anidar en vuestro corazón y con las necesidades exageradas que os hacen esclavos y que os alienan de mil formas... Tratad de ser libres. Hoy no es fácil ser verdaderamente libres. En mayor o menor medida, todos actuamos condicionados por el entorno y por la sociedad en general. Por una parte, se crean “corrientes de opinión” que se hacen pasar como expresión de libertad pero que esconden su capacidad de manipulación al servicio de intereses particulares. Por otra parte, nosotros mismos perdemos nuestra libertad interior por miedo a no ser reconocidos y preferimos ajustarnos a lo que esperan de nosotros, guardando las apariencias y pagando, a escondidas, el tributo de la libertad, por eso, resulta incómodo decidir libremente.

Y a Dios lo que es de Dios". No se trata de “deberes religiosos", sino del señorío que se le ha robado a Dios, Dios es el único Señor de nuestra vida, ningún César, ningún ídolo, ningún diocesillo, puede ponerse a la altura de Dios. Sólo a Dios debe someterse el ser humano como Señor Absoluto de su vida. A Dios, hemos de darle lo que es suyo: nuestro corazón, nuestros pensamientos, nuestro amor. Cuando damos a Dios todo lo que es de Dios, entonces, entramos en un camino de felicidad plena y de verdadera libertad.

Devolver a Dios lo que es de Dios supone también, reconocer que sólo El es el Señor de nuestra vida pero supone devolverle también nuestro mundo y su “designio” de amor, de justicia y de fraternidad. Si el ser humano es la imagen de Dios, este es propiedad de Dios. La moneda imperial llevaba la imagen del César, pero el ser humano lleva grabada en su corazón la imagen de Dios y su dignidad de hijo/a, que no debe quedar sometida a ningún César. Nuestra vida pertenece sólo a Dios. El Evangelio de hoy nos recuerda que necesitamos escuchar a Dios por encima de otros intereses.

Este Dios que se nos revela en Jesús como “único Señor", es sólo amor y sólo Él puede hacernos libres de verdad... Si le elegimos a Él como único Señor, nuestra vida será diferente, nuestra vida cambiará. Ante el Evangelio de hoy, sería bueno preguntarnos: ¿A qué o a quién estamos pagando nuestros tributos?

En este Domingo, vueltos interiormente a El, podemos decirle: Señor, enséñanos a darte en nuestro corazón el sitio que Tú mereces. Que con tu ayuda podamos “devolver al César” lo que es del César y a Ti, Dios nuestro, nuestra vida, toda nuestra vida.

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16 de Octubre de 2011